Las nuevas tecnologías se encuentran cada vez más presentes en nuestra vida cotidiana. De hecho, hoy en día prácticamente todo el mundo tiene en casa un ordenador conectado a Internet. Sin embargo, hay muchas personas que lo utilizan más bien como un medio de ocio (jugar, chatear, ver vídeos en Youtube…) que como una herramienta para la búsqueda de información.
Sin ir más lejos, en algunas aulas, el uso del ordenador queda reducido al manejo de juegos que no guardan ninguna relación con los contenidos que se están trabajando, o al visionado de vídeos de dibujos animados sin otra finalidad que entretener al alumnado cuando no hay otra tarea más importante que realizar. Personalmente, considero que tanto los juegos que se realicen como los vídeos que pongamos a nuestros alumnos, deben estar relacionados con los contenidos que se estén trabajando en cada momento y deben servir para reflexionar sobre lo aprendido. Así, por ejemplo, no tiene sentido ver un vídeo sobre la importancia de ahorrar agua, si antes no hacemos a los niños una serie de preguntas para averiguar lo que saben sobre la importancia de este recurso, sobre sus usos, etc. Y menos sentido tendría aún, si después de ver el vídeo, no hiciésemos ninguna actividad para afianzar los contenidos tratados en él.
Por tanto, no debemos caer en el error de utilizar el ordenador para llenar los huecos en el horario si queremos que nuestros alumnos lo perciban como un recurso más para el aprendizaje, al igual que un libro, una enciclopedia o un mapa.
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